Mereces ese destino por no ser valiente

Tu vida será un hilo destino de tus lágrimas, aunque no lo creas; no soy quien para decírtelo, pero sé que finges esa felicidad, pues en lo que a mi respecta es absurda.
¡Mírate! ahí estás rodeada de flores, siempre tan esbelta y seductora como jardín de rosa, y no está de más, si eres sinónimo de belleza...
¿Pero eso es todo querida?

Tú que eres tan ardiente como el fuego, ¿Por qué no ardes?
Anda y destruye de una vez por todas aquel lazo que no te deja libre...Solo que has preferido el camino más corto; ahora te complaces con las riquezas, sucumbes ante los manjares y te deslumbras antes los placeres mundanos.
¿Llamas a eso felicidad? ¿Felicidad? 
-Está bien, lo entiendo, aunque tus ojos reflejen lo contrario.

Ahí lo tienes, amor mío, el hilo destino enjugará tus hermosos zafiros, acariciando tus delicadas mejillas; además seguirá tus pasos adonde quiera que vayas, sin importar tu caminar, lento o rápido, descuida mi niña, él es flexible.

¡Ay de ti mujer que resplandeces con luz ajena!
¿Qué harás cuando esa luz se opaque?
¿Te marchitarás eternamente o buscarás tu luz propia?

Sé que no te gustan mis palabras y quieres que me marche...
De acuerdo, entonces me marcharé con un corto adiós entre los labios.


                                                                        Foto A. ch.

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